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viernes, 14 de octubre de 2011

Restaurar el paradigma original

Estos videos del neonatólogo surafricano Nils Bergman  son ya "clásicos", sobre el cuidado madre canguro, y la necesidad que tienen las criaturas humanas de estar en contacto permanente con sus madres. Nos apetece recordarlos, en esta semana tan especial en la que celebramos la crianza en brazos. Porque nos gusta llevar cerca a nuestros hijos, cuando son bebés y también cuando siguen creciendo...







martes, 11 de octubre de 2011

semana internacional de crianza en brazos 2011


tomado de "el blog alternativo"

“El bebé se malacostumbra si no lo coges en brazos. Malacostumbrarse es “acostumbrarse a una cosa mala”. Que llores y que nadie te coja es una cosa mala. Yo no quiero que mi hijo se acostumbre a vivir eso, yo quiero que mi hijo se acostumbre a que cuando necesita brazos, sus padres le cogen en brazos. Se trata de RESPONDER A LAS NECESIDADES DEL NIÑO y no imponer las nuestras (…) Con cada edad los niños necesitan cosas diferentes. A los 6 años ya no te pedirán brazos pero de pequeños sí, y si cuando te pedía brazos o que le hicieses caso, no lo hacías y le dejabas llorar, eso se ha perdido él y eso te has perdido tu como padre”
Carlos González
“¿Cómo llegué a ver en la fase de ir en brazos aquella ETAPA CRUCIAL PARA EL DESARROLLO DE UNA PERSONA? Primero, vi la gente feliz y relajada en la jungla de Sudamérica, cargando siempre a sus bebés sin dejarlos nunca. Poco a poco, fui capaz de ver una conexión entre ese hecho tan sencillo y la calidad de sus vidas. Incluso, más tarde, llegué a ciertas conclusiones sobre cómo y por qué el estar en contacto constante con un cuidador activo es esencial en el estadio inicial del desarrollo tras el nacimiento”
Jean Liedloff en “El concepto de continuum”



“Un mundo de posibilidades” llevando a nuestros hijos pequeños pegaditos al cuerpo es lo que nos invita a descubrir la Semana Internacional de la Crianza en Brazos 2011 que se celebrará del 10 al 16 de octubre. En el 2009 el lema elegido fue “Al alcance de tus besos“ y en el 2010 “Feliz y seguro en tus brazos“, y todos hacen referencia a los beneficios que ofrecen los brazos amorosos de los padres para sus hijos, un confort y contacto permanente como el que tenían en el útero materno, y para si mismos.

Portear a los niños es una práctica natural, ancestral y positiva que muchas cultura practican de forma espontánea pero que casi todos los países que han ido sustituyendo tecnología (y productos de consumo¡¡) por padres han ido perdiendo, por eso la Semana Internacional de la Crianza en Brazos, organizada por Babywearing, se celebra en todos los continentes para normalizar algo tan elemental y explicar cómo hacerlo de forma cómoda y segura para todos.



En España, Red Canguro, la asociación más importante en divulgar los portabebés, ha organizado diferentes actividades, charlas, quedadas y talleres y un proyecto más amplio con una duración de 13 semanas.

Cunas, cochecitos, hamacas, columpios, … todo puede cumplir su función dentro de una mesura. pero la sociedad aun promueve separar tempranamente a los padres de sus hijos con la falsa premisa de favorecer la independencia de los niños y nuestro bienestar.

Merece la pena informarse sobre estos temas y permitirnos disfrutar la breve infancia de nuestros hijos. Y este video de "Amor Maternal" nos resume 10 beneficios de la crianza en brazos…



  1. Porque es una continuación del confort intrauterino…
  2. Porque favorece la lactancia materna y el fortalecimiento del vínculo afectivo…
  3. Porque facilita la realización de tantas tareas tanto dentro del hogar, como fuera de él…
  4. Porque contribuye al sano desarrollo físico de la musculatura y sistema óseo del niño, gracias a su posición fisiológica…
  5. Porque no hay nada mejor que tenerlos así de cerca…
  6. Porque el niño experimenta el mundo desde la vista de un adulto…
  7. Porque permite al cuidador hacer uso de ambas manos, mientras el niño está tranquilo…
  8. Porque mantiene al bebé alegre, sereno y lo ayuda a dormirse con mayor facilidad…
  9. Porque favorece la respuesta temprana a las necesidades del bebé…
  10. ¡Porque en brazos sencillamente somos más felices todos!

tus hijos no te pertenecen



tomado del blog Bebés y más  (2008)

Este texto extraído de “El profeta” la obra cumbre de Khalil Gibran, novelista y poeta libanés (1883-1931), expresa muy bien algo que los padres solemos olvidar: que nuestros hijos no son propiedades nuestras sino que llegan a la vida a través de nosotros y nuestra responsabilidad es acompañarles y respetarles en el camino.

Esto también implica que debemos educarles con mucha más libertad (que no permisividad) de lo que hacemos: libertad para ser bebés y exigir tiempo, brazos, calor y teta aunque nosotras estemos exhaustas; libertad para descubrir el mundo aunque abran todos los cajones de la casa; libertad para ser niños, moverse y destartalarlo todo (sin medicarles); libertad para gritar y expresarse a su manera, etc.

La función de los padres no es adiestrar a sus hijos a que encajen en unos estandares sociales cada vez más cuestionables, sino respetar su personalidad, hacer florecer sus talentos innatos y no permitir que la familia, la escuela y la vida en general los anule y los uniformice como ha pasado con casi todos los adultos.

Disfrutemos con estas bellas palabras:

Tus hijos no son tus hijos,
son hijos e hijas de la vida,
deseosa de sí misma.

No vienen de ti,
sino a través de ti,
y aunque estén contigo,
no te pertenecen.

Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos,
pues ellos tienen sus propios pensamientos.

Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas,
porque ellos
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar,
ni siquiera en sueños.

Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerles semejantes a ti,
porque la vida no retrocede ni se detiene en el ayer.

Tú eres el arco del cual tus hijos,
como flechas vivas,
son lanzados.
Deja que la inclinación,
en tu mano de arquero,
sea para la felicidad.

viernes, 7 de octubre de 2011

la hora siguiente al nacimiento: dejen en paz a la madre



Artículo original de : Michel Odent
publicado en español en la revista Ob Stare nº 9

 La hora siguiente al nacimiento es, sin duda, una de las fases más críticas en la vida de los seres humanos. No es por casualidad que todos los grupos humanos han molestado de forma rutinaria los procesos fisiológicos durante este corto período de tiempo a través de rituales y creencias. Nuestros entornos culturales están determinados en gran medida desde el principio de la interacción madre-recién nacido.

La primera hora siguiente al nacimiento puede ser vista desde multitud de perspectivas complementarias. Mi objetivo es catalogar doce perspectivas para demostrar la dimensión real de este tema tan complejo.


Perspectiva 1: Necesidad repentina de respirar

No necesitamos desarrollar esta perspectiva extensamente documentada. Se sabe muy bien que durante la primera hora después del nacimiento el bebé ha de utilizar sus pulmones de forma repentina. Esto implica, en particular, que el corazón debe bombear urgentemente la sangre para la circulación pulmonar. La condición es que las circulaciones pulmonar y sistémica se separen a través del cierre de las conexiones que hay entre ellas (ductus arteriosus y foramen oval).

Perspectiva 2 : Efectos conductuales de las hormonas

La información disponible es tan reciente que necesitamos desarrollar este aspecto. Hoy en día estamos en disposición de explicar que todas las hormonas liberadas por la madre y el feto durante la primera y la segunda fase del parto aún no se eliminan en la hora siguiente al parto. Todas ellas juegan un papel específico en la interacción madre-recién nacido. Hasta hace poco ni siquiera se sospechaban los efectos conductuales de estas hormonas. La hormona clave implicada en la fisiología del parto es sin duda la oxitocina. Sus efectos mecánicos son conocidos desde hace mucho tiempo (efectos en las contracciones uterinas para el nacimiento del bebé y la expulsión de la placenta, en las contracciones de las células mio-epiteliales del pecho para el reflejo de expulsión de la leche).


Prange y Pedersen demostraron los efectos conductuales de la oxitocina por primera vez en 1979 a través de experimentos con ratones: una inyección de oxitocina directamente en el cerebro de las hembras vírgenes inducía una conducta maternal. Este experimento sentó la base para una nueva generación de estudios. Los resultados de cientos de ellos se pueden resumir en una o dos frases: la oxitocina es la hormona típica del altruismo, y está presente en cualquiera de las facetas del amor que se quieran contemplar. Esta información resulta ser muy importante cuando uno sabe que, según los estudios suecos, es justo después del nacimiento del bebé y antes de la expulsión de la placenta cuando las mujeres tiene la capacidad de llegar a los niveles máximos de oxitocina. Igual que en cualquier otra circunstancia (por ejemplo, relaciones sexuales o lactancia) la liberación de la oxitocina es altamente dependiente de factores ambientales. Es más fácil si el sitio es muy caluroso (para que el nivel de hormonas de la familia de las adrenalinas quede lo más bajo posible). También resulta más fácil si la madre no tiene otra cosa que hacer que mirar a los ojos del bebé y sentir el contacto con su piel sin ninguna distracción.

Nos queda un nuevo campo de investigación: el modo de la liberación de la oxitocina. Para hacer efecto, esta liberación tiene que ser pulsátil: cuanto más alta es la frecuencia, más eficiente es la hormona. La oxitocina no se libera jamás de manera aislada; siempre forma parte de un equilibrio hormonal complejo. Éste es el motivo por el que el amor tiene tantas facetas. En el caso particular de la hora siguiente al parto, en condiciones fisiológicas, el nivel máximo de oxitocina está asociado con un nivel alto de prolactina, la cual también se conoce bajo el nombre de la hormona de la maternidad. Ésta es la situación más típica de expresar amor a los bebés. La oxitocina y la prolactina se complementan una a la otra. Además, los estrógenos activan los receptores de oxitocina y prolactina. Siempre tenemos que pensar en términos de equilibrio hormonal.
En el mismo año 1979 también se demostró la liberación maternal durante las contracciones y el parto de hormonas parecidas a la morfina. La liberación de estas endorfinas está ahora muy bien documentada. En los primeros años de los 80 nos enteramos de que el bebé también libera sus propias endorfinas durante el proceso del nacimiento, y hoy no hay duda de que durante un cierto tiempo después del parto ambos, madre y bebé, por igual, están impregnados de opiáceos. La propiedad de los opiáceos de inducir estados de dependencia es de sobra conocida, así que resulta fácil prever cómo es el desarrollo del principio de una dependencia o vinculación.

Incluso hormonas de la familia de las adrenalinas (a menudo consideradas como las hormonas de la agresividad) tienen un papel obvio en la interacción madre y bebé inmediatamente después del parto. Durante las últimas contracciones antes de nacer el bebé, estas hormonas alcanzan su nivel más alto en la madre. Este es el motivo por el cual, en condiciones fisiológicas, en cuanto empieza el reflejo de expulsión fetal, las mujeres tienden a estar erguidas, llenas de energía, con una necesidad repentina de agarrar algo o a alguien. A menudo necesitan beber un vaso de agua, exactamente como un orador lo necesita delante de una gran audiencia. Uno de los efectos de esta liberación de adrenalina es que la madre está alerta cuando el bebé ha nacido. Hay que pensar en los mamíferos en su hábitat natural y se puede entender claramente cuán ventajoso es para la madre tener suficiente energía, y agresividad, para proteger a su bebé recién nacido si hace falta. La agresividad es un aspecto del amor maternal.

También se sabe muy bien que el bebé cuenta con sus propios mecanismos para sobrevivir durante las fuertes contracciones finales del expulsivo y libera sus propias hormonas de la familia de la adrenalina. Un torrente de noradrenalina permite al feto adaptarse a la falta fisiológica de oxígeno específica de esta fase del expulsivo. El efecto visible de esta liberación hormonal es que el bebé está alerta al nacer, con los ojos bien abiertos ylas pupilas dilatadas. Las madres humanas se sienten fascinadas y encantadas con la mirada de sus recién nacidos. Es como si el bebé estuviera dando una señal, y ciertamente parece que este contacto visual humano es un aspecto importante en el comienzo de la relación madre-bebé entre los humanos.

El papel altamente complejo que juegan las hormonas de la familia de la adrenalina-noradrenalina en la interacción madre-bebé no se ha estudiado mucho. Unos pocos experimentos con animales abren el camino para investigaciones más profundas. Los ratones que no tienen el gen responsable de la producción de noradrenalina dejan a sus crías desatendidas, sucias y sin alimentar a no ser que se les inyecte un fármaco productor de noradrenalina cuando dan a luz.

Desde la perspectiva hormonal, parece claramente que la sexualidad vuelve a su punto de partida. En los distintos episodios de nuestra vida sexual se liberan las mismas hormonas y se reproducen guiones similares. Por ejemplo, durante el acto sexual, los dos compañeros, macho y hembra, liberan oxitocina y endorfinas. Es el comienzo de un vínculo afectivo que sigue el mismo patrón que el apego madre-bebé durante la hora después del parto.

Nuestros conocimientos actuales sobre los efectos conductuales de las distintas hormonas implicadas en el proceso del parto nos ayudan a interpretar el concepto de un período sensible introducido por los etólogos. Está claro que todas las hormonas liberadas por la madre y el bebé durante las contracciones y el parto no se eliminan inmediatamente. También es evidente que todas ellas juegan un papel específico en la ulterior interacción madre-bebé.

Perspectiva 3: Perspectiva etológica

Los etólogos son los que observan el comportamiento de los animales y los seres humanos. A menudo estudian un comportamiento en concreto dentro de un número de especies no relacionadas. Ellos fueron los primeros científicos en afirmar que, desde el punto de vista del vínculo entre madre y recién nacido en los pájaros y los mamíferos, hay un período corto pero crucial inmediatamente después del parto que no se va a repetir jamás. Harlow estudió concretamente el proceso de vinculación entre los primates. La importancia del enfoque etológico está surgiendo paulatinamente después del reciente descubrimiento de los efectos conductuales de las hormonas implicadas en el proceso del parto. Un estudio etológico sobre la primera hora después del parto entre los humanos es difícil porque los procesos fisiológicos se interrumpen de manera sistemática. No obstante, sería posible en circunstancias inusuales. Imaginad a una mujer que da a luz en su propio baño mientras su marido está de compras. Está en un sitio muy cálido y bastante oscuro. No se siente observada por nadie. No obstante, a través de una rendija de la puerta, de vez en cuando, se pueden vislumbrar imágenes de la escena. Combinando lo que hemos aprendido de diferentes historias como ésta, podremos describir un comportamiento estereotipado. Primero, la madre mira a su recién nacido que se halla entre sus piernas. Después de un rato, se atreve a tocarlo con las puntas de los dedos. Luego, cada vez se atreve un poco más y quiere coger a su bebé en brazos. En ese momento, la mayoría de las mujeres están fascinadas por los ojos del bebé.

Perspectiva 4: Primera hora y comienzo de la lactancia

Hasta hace muy poco no se consideraba la importancia de la primera hora posterior al nacimiento como el momento en el que se supone que comienza la lactancia. Imagínense a un bebé nacido en casa hace un siglo. El cordón se cortaba en seguida; luego, al bebé se le lavaba, vestía y se le enseñaba a la madre antes de ponerlo en una cuna.

Contaré una anécdota que nos ayude a darnos cuenta de lo reciente de esta perspectiva. En 1977, en Roma, en el congreso sobre Psicosomática, Ginecología y Obstetricia, presenté un documento sobre la expresión temprana del reflejo de succión. Simplemente estaba describiendo las condiciones ideales que permiten al bebé encontrar el pecho durante la primera hora después del parto. Ninguno de los obstetras y pediatras presentes en aquella sesión podían creer que un bebé humano sería capaz de encontrar el pecho, por sí mismo, durante la hora posterior al nacimiento.

Hoy día la mayoría de las comadronas saben que el bebé humano está programado de forma natural para encontrar el pecho por sí mismo en su primera hora de vida. Es más, uno puede entender que en condiciones fisiológicas, cuando el bebé recién nacido está listo para encontrar el pezón, la madre sigue en un equilibrio hormonal especial. Ella está todavía en otro planeta, muy instintiva. Sabe cómo coger a su bebé. En los humanos, la lactancia es básicamente instintiva durante la primera hora posterior al nacimiento. Después hay tiempo para la educación, imitación e incluso técnica.

Perspectiva 5: Primera hora y adaptación metabólica

Mientras el bebé está en el útero, los nutrientes y, en particular, el combustible vital, la glucosa, son suministrados a través del cordón umbilical de forma continua. Inmediatamente después del parto, el bebé se debe adaptar a un suministro discontinuo de alimentos. La extraordinaria capacidad del neonato para responder a los valores bastante bajos de la glucosa ha sido estudiada en profundidad por M. Cornblath en EE.UU. y por Jane Hawdon, Laura Derooy y Suzanne Colson en el Reino Unido (Del útero al mundo, (Suzanne Colson, Miwifery Today, nº 61, pág. 12)

Perspectiva 6: Punto de vista bacteriológico

Al nacer, un bebé está libre de gérmenes. Una hora más tarde, millones de ellos cubren las membranas mucosas del recién nacido. Nacer significa entrar en un mundo de microbios. La cuestión: ¿qué gérmenes van a ser los primeros en colonizar el cuerpo del bebé? Los bacteriólogos saben que los ganadores de la carrera van a ser los gobernantes del territorio. El entorno de gérmenes de la madre ya es familiar y amistoso desde la perspectiva del neonato porque madre y bebé comparten los mismos anticuerpos (IgG). En otras palabras, desde un punto de vista bacteriológico, el recién nacido humano necesita urgentemente estar en contacto con sólo una persona, su madre. Si añadimos que la ingestión temprana del calostro va a ayudar a establecer una flora intestinal ideal, no hay duda de que, bacteriológicamente, la hora posterior al parto es un período crítico con consecuencias para toda la vida. Nuestra flora intestinal se puede presentar como un aspecto de nuestra personalidad que no va a ser fácilmente modificable más tarde en la vida.

Perspectiva 7: Comienzo del proceso de termorregulación

Mientras que en el útero el bebé nunca tuvo la oportunidad de experimentar diferencias de temperatura (exceptuando posibles episodios de fiebre materna), una vez más, los primeros minutos posteriores al parto aparecen como una interrupción de la continuidad. Como los mecanismos de termorregulación no están todavía maduros al nacer, hay razones teóricas para estar preocupados por los casos de hipertermia materna durante el trabajo de parto que inducido por anestesia epidural o baño demasiado caliente. Estas situaciones podrían suponer un peligroso desafío para la termorregulación del bebé al existir diferencias exageradas de temperatura entre los entornos intra- y extrauterinos.

Perspectiva 8: Adaptación a la gravedad

Durante la primera hora se establece una nueva relación con la gravedad. De repente, el nervio vestibular que sirve al equilibrio lleva al cerebro un torrente sin precedentes de impulsos de los canales semicirculares, utrículas y sáculos.

Perspectiva 9: Enfoque etnológico

La etnología se ha consolidado como ciencia a través de publicaciones de bases de datos. Hoy en día todo el material sobre embarazo, nacimiento y los primeros días posteriores al parto se encuentra fácilmente disponible. La mayoría de las culturas alteran el primer contacto entre la madre y el bebé durante la primera hora siguiente al parto. El modo más universal e intrigante de hacerlo es simplemente fomentando la creencia de que el calostro está contaminado o es dañino para el bebé; incluso se piensa que se trata de una sustancia que hay que sacar y desechar. Esta idea requiere el hecho de que, inmediatamente después de nacer, el bebé no debe estar en los brazos de su madre, lo que implica rutinas tales como cortar el cordón umbilical en seguida. El primer contacto entre la madre y el bebé puede ser perturbado a través de otras muchas rutinas, como baño, masaje, envolver en pañales apretados, atar los pies, ´ahumarª al niño, agujerear las orejas de las niñas, abrir las puertas en los países fríos, etc. Necesitaríamos libros enteros para presentar un estudio exhaustivo de las características de un gran número de culturas en relación a cómo desafían el instinto maternal protector durante el sensible período posterior al parto. Sin embargo, después de echar un vistazo rápido a las informaciones que tenemos a nuestra disposición podemos sacar una conclusión sencilla: cuanto mayor sea la necesidad social de agresión y la capacidad para destruir la vida, más intrusivos son los rituales y las creencias sobre el período siguiente al parto. Si perturbar el primer contacto entre la madre y el bebé y promulgar excusas tales como la creencia de que el calostro es malo son prácticas tan universales, esto significa que dichas rutinas han supuesto alguna ventaja evolutiva. Después de tener en cuenta y combinar todas las perspectivas que indican la importancia de la hora posterior al parto, y tras hacer referencia a los rituales y creencias perinatales, estamos en la posición de afirmar que los entornos culturales se forman en gran medida durante la primera hora siguiente al nacimiento. Ahora podemos contemplar la primera hora después del parto en el contexto de nuestras sociedades modernas.

Perspectiva 10: Enfoque obstétrico

Todas estas consideraciones eran necesarias antes de analizar la hora posterior al parto en el contexto de nuestras sociedades modernas, en las que el control cultural de los nacimientos está en manos del control médico.

Analizando la literatura médica, parece que en los círculos obstétricos la pregunta es: ¿Cómo controlas la tal llamada tercera etapa?. Las revistas médicas publican periódicamente estudios aleatorios y controlados comparando los distintos modos de ´controlarª la tercera fase. El único objetivo es evaluar los riesgos de la hemorragia post-parto. Estos estudios están realizados en el contexto de grandes unidades obstétricas.

Todos los protocolos de investigación utilizan una definición negativa del ´control expectanteª (por ejemplo, la no utilización de sustancias uterotónicas y no pinzar el cordón umbilical). Los factores que pueden facilitar positivamente la liberación de la oxitocina no están incluidos en los protocolos médicos. Los resultados de tales pruebas han llevado a la práctica de inyectar rutinariamente sustancias oxitócicas a todas las madres justo en el momento del nacimiento, las cuales bloquean la liberación de las hormonas naturales sin presentar consecuencias. Los efectos de estas rutinas obstétricas se deben considerar en términos de civilización.

Perspectiva 11: Enfoque de las comadronas

Algunas comadronas pueden todavía practicar la auténtica partería, lo que no significa que no sean prisioneras de pautas y protocolos estrictos. Pueden desempeñar su papel de protectoras de los procesos fisiológicos. Inmediatamente después del nacimiento, la preocupación principal de estas matronas es la liberación por parte de la madre de una gran cantidad de oxitocina, porque es necesaria para la expulsión segura de la placenta y porque es la hormona del amor.

Primero se aseguran de que la habitación se encuentre suficientemente caliente. Durante la tercera etapa, las mujeres nunca se quejan de tener demasiado calor. Si están temblando esto significa que el sitio no tiene la temperatura adecuada. En el caso de un parto en casa, la única herramienta importante para preparar de antemano es una estufa portátil que se pueda enchufar en cualquier sitio y a cualquier hora y se pueda utilizar para calentar mantas y toallas. Su otro objetivo es asegurarse de que la madre no esté distraída de ninguna forma mientras está mirando los ojos del bebé y sintiendo el contacto con su piel.

Hay muchas formas de evitar que la madre se distraiga del bebé en esta fase. La madre se puede despistar porque se sienta observada o controlada, porque alguien esté hablando, porque el que atiende el parto quiera cortar el cordón antes de expulsar la placenta, porque el teléfono suene, porque se encienda de repente una luz, etc.

En esta fase, después de un parto en condiciones fisiológicas, la madre está todavía en un estado particular de consciencia, como en otro planeta. Su neocortex está todavía más o menos descansando. La contraseña debería ser: ¡No despierten a la madre!

Perspectiva 12: Matiz político

Tiene sentido y es normal el hecho de que el estudio de la tercera etapa del parto, desde perspectivas no médicas, haga a mucha gente –especialmente a los médicos– sentirse incómoda. Cualquier acercamiento que pudiera conducirnos a reconsiderar nuestras actitudes durante este corto período de tiempo está quebrantando las mismas bases de nuestras culturas.

La investigación puede resultar políticamente incorrecta. Ésta incluye ciertos aspectos de la Investigación sobre Salud Primal, en especial estudios que exploran las consecuencias a largo plazo de cómo nacemos. Los resultados de tan importantes investigaciones sobre temas típicos (criminalidad juvenil, suicidio adolescente, drogadicción, anorexia nerviosa, autismo, etc.) son evitados por la comunidad médica y los medios de comunicación a pesar de su publicación en reconocidas revistas médicas o científicas. La investigación políticamente incorrecta conduce a la epidemiología a un callejón sin salida.


Dr. Michel Odent

miércoles, 5 de octubre de 2011

Adolfo Gómez Papí en Zamora

Adolfo Gómez Papí sostiene en brazos y observa las reacciones de un niño recién nacido. <br />
El Dr. Adolfo Gómez Papí presentó en Zamora su conferencia "La importancia de la primera hora" en el Hospital Virgen de la Concha dentro del programa de actos de la SMLM 2011. Esta conferencia ha sido promovida por el Grupo de Apoyo a la Lactancia Materna "Apego Lácteo" de Zamora. Y ésta es la entrevista que apareció en el periódico La Opinión

"Perdimos la cultura de la lactancia; ahora la recuperamos"
"Empezamos a recorrer el camino del parto natural"

CARLOS GIL Adolfo Gómez Papí es un defensor de la lactancia natural y favorable a la humanización del parto. Es autor de obras como «El poder de las caricias» y el próximo martes, (13.00 horas, hospital «Virgen de la Concha»), ofrece una conferencia en Zamora sobre «La importancia de la primera hora», dentro de los actos de la Semana de la Lactancia.


-La primera hora tras el nacimiento de los bebés, ¿es tan importante?

-En vez de separarlos, bañarlos, secarlos y perfumarlos, hay que colocarlos encima de su madre piel con piel. Porque esto tiene muchísimos beneficios tanto para el bebé como para su madre, es fundamental.

-¿Qué beneficios tiene?

-Tiene varios ya demostrados. El primero, que se establece el vínculo madre-hijo. La madre cuando le colocas el bebé sobre la piel, además todos se mueven de una manera muy peculiar, tiene un pico de oxitocina y se queda absolutamente prendada de su hijo. Todos los bebés se mueven de la misma manera, van directos al pecho y se agarran de forma perfecta; tardan un rato, bastante, pero cuando se agarran lo hacen con la boca tan abierta y tan bien que luego les es más fácil hacerlo. Tiene beneficios enormes en el éxito de la lactancia a medio y largo plazo y encima van a recuperar muchísimo antes la temperatura y se adaptan mejor a la vida fuera del vientre materno. Para la madre también ver a su hijo o su hija encima después del trabajo del parto le supone una satisfacción tremenda, se establece el vínculo de enamorarse perdidamente del fruto de sus entrañas. Todos los bebés, curiosamente, levantan la cabeza y miran a su madre y lo hacen con los ojos muy abiertos.

-¿Se tiende ya a buscar un parto cada vez más natural en los hospitales?

-Estamos empezando a recorrer este camino en muchos hospitales de España, y en Europa se han dado más pasos. La idea es que los partos que puedan sean lo más naturales posible y aquellos que necesiten intervención, que siempre hay un porcentaje, que la tengan. Pero son muchísimos más los que pueden evolucionar de forma natural sin que nadie intervenga.

-¿Partidario de la anestesia epidural?

-La epidural es un instrumento más que se puede utilizar. No soy obstetra y quizá mis compañeros obstetras no estén de acuerdo con lo que voy a decir, pero he leído muchos trabajos sobre partos naturales y me da la sensación, y además he visto, que cuando las cosas se dejan llevar de forma natural, si a la madre se la deja tranquila con la persona que tiene que estar en una habitación agradable, si se le deja moverse como ella quiere, caminar si necesita y en el momento de expulsar al bebé se le deja escoger la posición que quiere, es mucho más probable que no necesite la epidural. Porque ella fabrica unas hormonas que son parecidas a la morfina que la dejan un poco «colocada» y le facilitan que aguante todo ese periodo y se lo hacen más fácil de soportar. Pero si tu intervienes, hablas con ella, le pones monitores, le haces tactos rectales, le vas interrumpiendo, la mujer no logra ese estado que tiene que tener, esa «colocación» por decirlo de alguna manera y entonces va a necesitar el apoyo para el dolor. No se puede decir no a la epidural, pero si se hace de forma natural es mucho menos frecuente que la mujer necesite la epidural.

-Tenemos al niño, acaba de nacer, y llega la lactancia. Aquí hay unanimidad a favor de la natural.

-Yo creo que nunca nadie ha dudado que la lactancia materna es lo mejor para el bebé o de que un niño con quien mejor está es con sus padres. Lo que ha ocurrido es que se ha perdido lo que se llamaba la cultura de la lactancia materna, que se pasaba de madres a hijas durante generaciones. Eso se rompió a finales del siglo pasado, con la incorporación de la mujer al trabajo, la sociedad científica que se pensaba que había conseguido una leche casi mejor que la de la mujer, entonces se metió el biberón y se perdió esa transmisión. Hay muchas abuelas que apenas han dado el pecho. Lo que ahora se ha conseguido es volver a esa cultura de la lactancia, tanto por parte de la sociedad como de los profesionales sanitarios, que también ha habíamos perdido. Ahora sabemos más, sabemos cómo ayudar a esas personas que quieren dar el pecho, cómo superar las dificultades. Todas esas circunstancias han conseguido que haya muchas más madres que empiecen a dar el pecho y que sigan dándolo durante más tiempo. Es importante el apoyo porque la madre está insegura en el cuidado de su hijo, y si se le empieza que tiene poca leche o es de mala calidad, recurrirá al biberón. Por eso es importante que la sociedad y todo el personal sanitario sepa dar apoyo a la madre que quiera dar el pecho.

-Lo que choca más es otra idea: dar el pecho a demanda y durante el tiempo que quiera el niño. Parece que un niño ya de dos años es algo mayorcito.

-Tiene que ser a demanda porque los bebés no regulan. En el momento que tienen hambre es cuando tienen que comer y así se quedan mucho más tranquilos. Y poco a poco van cogiendo cierto rigor. Nos choca, como dice, ver a un niño de dos años tomando el pecho. Pero nos choca ahora, porque yo recuerdo perfectamente en la vaquería donde íbamos a comprar la leche, que su hijo de cuatro o cinco años iba hacia ella y mamaba. Eso era algo habitual.

-¿Qué tiempo es el conveniente?

-Seguramente de forma natural un niño tiene que mamar durante dos o más años. Los estudios antropológicos indican que entre los tres y los seis años sería lo normal. Pero claro, a esas edades, la lactancia no lo es todo, toman otro tipo de alimentación, además del pecho que sigue siendo un alimento pero no es el fundamental.

-El gusto por lo natural ha hecho aparecer también grupos de padres contrarios a las vacunas. ¿Qué le parece?

-Quiero comprender ese tipo de actitudes porque quizá hemos llegado a un punto en que parece que se tenga uno que vacunar contra todo. Cuando mis hijos eran pequeños se vacunaban de la mitad de cosas que ahora. Claro, eso a la gente le hace dudar. Pero eso no significa que las vacunas no sean efectivas. Todas las vacunas oficialmente recomendadas son muy efectivas. También creo que si todos los niños tomaran pecho seguramente no serían necesarias todas las vacunas. Por ejemplo, la del rotavirus, que da diarreas en los lactantes, pero es raro o son mucho más leves en los que toman el pecho. Vacunas si, pero debería invertirse el mismo dinero o más en lactancia natural, porque se conseguiría mucha mayor salud.

-Uno de sus libros, «El poder de las caricias». ¿Nos hemos pasado en eso de no mimar a los niños?

-En el libro pretendo explicar qué te vas a encontrar cuando eres padre o madre y tienes un bebé. Los cachorros humanos tienen una serie de necesidades y seguramente la más básica es sentirse protegidos y queridos por sus padres. Ellos no van a pensar hasta que no tengan una cierta edad, entonces solo se van a sentir protegidos y queridos estando en contacto con ellos. Todo lo que no sea estar en contacto con ellos les supone un estrés. No es de extrañar que en las zonas rurales de la mitad del mundo, de Asia, de África, de Latinoamérica o de Indonesia, los bebés sean llevados en pañuelo durante todo el día durante los seis primeros meses y luego frecuentemente hasta que tienen cierta edad. Y se ha visto que son bebés que no lloran nunca, más que cuando están enfermos. A diferencia de los nuestros, que cuando lloran lo que están manifestando es ese estrés que yo decía, están manifestando que no están siendo protegidos todo el día. Las caricias y el contacto aquí se han perdido. Nos han hecho creer que lo importante es no cogerlos en brazos para que no se malcríen, ponerles unas pautas y unos ritmos, porque si no...Eso son técnicas conductistas que en muchos casos tienen consecuencias. Y es ignorar las necesidades de los bebés.

-¿Muchas veces hacemos eso también por fiarnos menos de nuestro instinto y más de los expertos?

-Yo no conozco ninguna madre que oiga llorar a un niño y se quede tranquila, a menos que padezca alguna enfermedad grave, todas la cogerían en brazos, y es lógico. Y a lo que se lo insinúas ya lo están haciendo, porque es lo que querían oír. Es verdad, hemos seguido las indicaciones de supuestos expertos, basados en un tipo de educación rígida. La película «La cinta blanca» habla de la educación en la Alemania pre nazi y explica por qué los alemanes siguieron las instrucciones de Hitler con tanta obediencia. No es tan exagerado lo que nosotros hacemos, pero se basa en eso, en la obediencia pura y dura, lo haces porque lo digo yo, tienes que acostumbrarte a dormir solo...Y ahora se ha visto que esos niños que establecen esa relación con sus padres no tienen un apego seguro, son más inseguros, siempre tienen miedo y tienen tendencia el día de mañana a tener trastornos psicológicos, es más frecuente la neurosis en ellos, o el uso de ansiolíticos. Sin embargo los bebés que están con sus padres continuamente y reciben de ellos las atenciones que he explicado al principio son muy dependientes, pero luego de repente son mucho más independientes que los otros a los que hemos obligado a estar solos. El niño tiene que ser independiente cuando le toca serlo, no antes. Los cachorros de los simios están enganchados a sus madres día y noche, de tres a siete años. Y a ellos les dejas en el suelo y se agarran a su madre, a los nuestros los dejas en el suelo y se quedan ahí.

-¿Y cómo compaginar ese cuidado cercano con la vida normal, o cuando toca irse a trabajar?

-Efectivamente, es difícil. Yo me imagino que lo que tiene que haber es un cambio de mentalidad total. Claro que la incorporación de la mujer al trabajo ha sido muy importante. Las mujeres africanas o latinoamericanas trabajan mucho más que sus maridos: cultivan el campo, se dedican a la casa, a los animales, y todo lo hacen con los bebés atados en pañuelos. Seguramente si yo propusiera eso, dirían «este hombre está loco». No lo sé, pero seguramente tengamos que descubrir la forma de trabajar si despegarnos de nuestros hijos. Hay un ambiente para los niños, otro para los adultos y otro para los ancianos. En las sociedades menos civilizadas no existen diferencias de ambientes: los ancianos están con los jóvenes y los adultos, y los niños también. Eso es lo que tendríamos que conseguir. De hecho ya hay empresas como Google donde hay niños con sus padres trabajando en la empresa. No es tan raro lo que yo estoy diciendo. Lo que pasa es que se ve novedosa cuando es algo que se ha hecho ancestralmente durante muchísimos siglos.

-Quizá se podría implantar horarios más flexibles.

-Quizá. Desde luego hay que poner imaginación, porque ahora mismo tal y como están montadas las cosas, es difícil compaginar el cuidado de los hijos. Aún así, lo que es recomendable es que cuando se esté con los críos se esté de esta manera.

-¿Se siente a gusto aconsejando a los padres?

-Nadie tiene que decir a los padres lo que tienen que hacer. Les tienen que dar información. Es lo que intento.

Barcelona, 1957
Su padre era de Villalba de la Lampreana, donde tiene familia, aunque él nació en Barcelona. Está casado y es padre de tres hijos. Especialista en pediatría, trabaja en este servicio del Hospital Joan XXIII de Tarragona. Coordinador de la Comisión de Lactancia Materna del hospital, que trata de hacer pionero en la práctica del Método de la Madre Canguro. Desde 2002 es miembro del Comité de Lactancia Materna y desde 2008, del Grupo para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia.

martes, 4 de octubre de 2011

la revolución calostral


Para festejar la Semana Mundial de la Lactancia Materna y recordar porqué estamos aquí reproducimos este contundente artículo:
tomado del blog Tenemos tetas
artículo original de Ileana Medina Hernández

“La revolución calostral es la fusión de la imagen de la Madre con la imagen de la Madre Tierra. La revolución calostral es una etapa obligatoria hacia la armonización del instinto y la Ciencia, entre el cerebro primitivo y el Neocortex. No es utópica, ya ha comenzado. Se trata de una revolución en la medida que implica un retorno a nuestra condición de mamíferos y un nuevo punto de partida. Para favorecer la llamada revolución calostral, no tiene que faltar ocasión de repetir en el mayor número de lugares que nosotros somos mamíferos."
Michel Odent

Desde que el camino de la maternidad me llevó a la investigación de estos temas, siempre pensé que la antigua y ancestral "lactancia materna" es la idea más revolucionaria y subversiva que se pueda defender en el mundo hoy en día.


Luego, otras lecturas me lo han confirmado. Resulta que Wilhem Reich ya había dicho: “La civilización comenzará el día en que la preocupación por el bienestar de los recién nacidos prevalezca sobre cualquier otra consideración". La socióloga española Isabel Aler ha afirmado también más recientemente: "La lactancia materna es un acto político de insumisión". Isabel Fernández del Castillo lo llamó "la revolución del nacimiento". Michel Odent la llamó "revolución calostral". Laura Gutman la ha llamado "la revolución de las madres: el desafío de nutrir a nuestros hijos".

Decir que la lactancia materna, gesto biológico que acompaña a la especie humana y a todos los mamíferos durante millones de años de evolución, puede ser revolucionaria, parece un contrasentido. Sin embargo, dadas las condiciones actuales de desarrollo tecnológico y el desafuero consumista depredador que se ha desarrollado en el mundo entero a partir del modelo industrial occidental, reivindicar un acto tan naturalmente simple se vuelve, cómo no, revolucionario.

Quiero analizar en este artículo por qué el retorno de la mujer moderna a la lactancia materna natural, o sea, no interrumpida por administración de biberones de fórmula, y que dure al menos los dos años que recomienda la Organización Mundial de la Salud, constituiría una gran revolución de la humanidad; esa Revolución "del amor" con la que sueñan los místicos; un nexo de unión entre la naturaleza, la ciencia, la psicología y la política; un fenómeno transversal (en el lenguaje politícamente correcto diríamos mainstreaming) capaz de transformar la realidad social en su conjunto.

  • La lactancia materna implica una revolución anti-patriarcal y del mercado laboral
Que las mujeres del siglo XXI, insertadas en plena igualdad en el mundo laboral (aún falta mucho para ello), logremos conciliar verdaderamente nuestro trabajo en el mundo público con la atención a nuestros bebés, sería la verdadera revolución feminista que aún está por llegar.

Como he dicho en otras ocasiones, la incorporación al mundo laboral de las mujeres exige que éste sufra grandes cambios que aún no han hecho más que comenzar tímidamente.

Cambios que no solo tienen que ver con las mujeres, sino también con los hombres-padres, y con la familia en su conjunto: verdadera flexibilidad horaria, racionalización de los horarios de trabajo, optimización de la jornada y de la productividad, erradicación de la jornada partida, control del trabajo por objetivos y no por horarios, teletrabajo, permisos de maternidad y paternidad más extensos, trabajos domiciliarios y comunitarios, centros de cuidado infantil en los propios lugares de trabajo donde hayan pocos niños por cuidadora y se les ofrezca porteo y contacto físico o donde incluso las mismas madres pudieran rotarse para cuidar de los niños... y sobre todo reducción de la jornada laboral, tanto para las mujeres como para los hombres, de modo tal que las familias puedan permanecer más tiempo junto a sus hijos.

Un mundo laboral donde las madres estén presentes habitualmente, y lo hagan compatible con la crianza, debería permitir que las madres -o los padres que cuidan de sus bebés- no tengan que llegar a la oficina/fábrica todos los días a la misma hora; que se ausenten para dar de mamar a sus hijos; que puedan permanecer si así lo desean al cuidado de sus bebés por lo menos hasta los dos años remuneradamente; que incluso en algunos trabajos las madres y los padres puedan llevar a sus hijos consigo; que toda la sociedad contribuya a la crianza; que los padres negocien sus horarios laborales para hacerse cargo de los bebés; que las diferencias entre el mundo público y el mundo privado se acorten; que se apoye y se retribuya la crianza; que el mundo se diseñe en función de los niños, que son el futuro, la conservación y el mejoramiento de la especie humana.

Reconocer, prestigiar y apoyar material y socialmente la importancia irrebatible de la lactancia materna ayuda a que la sociedad se concientice con el apoyo de la crianza en su conjunto, y no solo el momento del parto y sus escasas 16 semanas posteriores, cambiando el modelo para no pensar solamente en la igualdad entre los hombres y mujeres, sino también en los derechos de los niños pequeños.

Por otra parte, ayuda a tomar conciencia de que amamantar; ofrecer cuerpo, contacto y mirada exclusiva a los niños pequeños; y permanecer junto a ellos, es una actividad importantísima que la sociedad debe valorar y remunerar:

"En nuestra sociedad de consumo, cada actividad tiene un precio. Ahora bien, la actividad de cuidar, cobijar, permanecer, ayudar, traducir, alimentar, consolar y proteger a la cría no lo tiene. Es lógico. Está ligada al amor materno, que es altruista por definición. Sin embargo, como todos necesitamos comer, cuidarnos y acceder a un confort básico, es importante hacer cuentas imaginarias para establecer acuerdos dentro de una comunidad o dentro de una familia. Las mujeres que nos convertimos en madres necesitamos recibir una compensación comunitaria -que puede no tener forma de dinero- dentro de un intercambio que sea beneficioso para todos." (Laura Gutman: "El peso simbólico del dinero" en Revista El mundo de tu bebé, diciembre 2009).

  • La lactancia materna como utopía: una revolución de igualdad y justicia social
En las varias lecturas que he realizado sobre los temas de lactancia, crianza y maternidad, no me he encontrado aún ningún análisis sobre un detalle que me parece fundamental: desde el origen del patriarcado, a las mujeres de las clases altas se les ha "prohibido" amamantar a sus hijos. Dentro de las normas y usos de las clases oligárquicas, la lactancia -y la crianza- fue considerada como una "tarea doméstica" más, que debían realizar esclavas o criadas, llamadas nodrizas.

Conociendo hoy científicamente la importancia que tiene la lactancia, la no separación del bebé de su madre y la presencia permanente del cuerpo materno para el bebé en sus primeros meses, cabe preguntarse: ¿ha sido la privación de la lactancia materna y de los cuidados maternales, uno de los mecanismos -más o menos inconsciente- utilizado por las clases oligárquicas patriarcales para criar "herederos" y no hijos, para garantizar la sumisión (que diría Casilda Rodrígañez) y la necesidad adictiva de acumular poder, fama y riquezas materiales que compensen (el pecado de) la falta de "madre" original? ¿O es el "crimen de la madre", la supresión de los cuidados maternales, precisamente lo que ha generado después la "civilización" patriarcal basada en la diferencia de clases y la explotación de mano de obra humana?

Sea primero el huevo o la gallina, es indudable que ambas cosas están relacionadas entre sí.
Plantear que un bebé humano, todo bebé humano, lo único que necesita es algo que todas las madres podemos dar: cuerpo y leche maternas, independientemente de cuál sea nuestra posición social, es negar que exista ningún privilegio para quien nace en "cuna de oro".

Demostrar que lo mejor para el bebé humano es algo que no necesita comprarse con dinero es ya de por sí revolucionario. A la sociedad de consumo, y a todas las sociedades que basan su escala social en la posesión de bienes materiales (o sea, casi todas las sociedades que conocemos) no le interesa que sea prioritario criar niños felices.

Pero lo más importante es que los niños que son criados con lactancia materna, con apego, con seguridad y con cuerpo materno mientras son bebés, y que son respetados y queridos en su infancia, tendrán una autoestima mucho más sólida en su vida adulta y necesitarán menos de la ambición, del poder y de la acumulación de riquezas materiales para conseguir ser felices. Serán más solidarios, más generosos, menos ambiciosos, adultos más centrados emocional y espiritualmente.

El estilo de crianza basado en la compatibilidad de la lactancia materna prolongada, el porteo, el colecho, el tiempo dedicado por la familia a los niños pequeños, dentro de una sociedad democrática de derecho madura y justa, permite repartir mejor la riqueza, el tiempo de trabajo, el empleo, y minimiza las ficticias necesidades materiales absurdas que ha creado la espiral sin fondo de la sociedad de consumo.

  • La lactancia materna es una revolución ecologista y anti-consumista
Por las misma razones anteriores, la lactancia materna es una revolución ecologista y anti-consumista.

La leche materna es un alimento natural, limpio, barato, vivo, lleno de defensas, hormonas, enzimas y cientos de componentes y efectos beneficiosos que se siguen descubriendo cada día, y que son irrepetibles por ninguna fórmula industrial.

"Comparada con esta sustancia milagrosa, la leche artificial que se vende como leche infantil es comida basura. Es el único alimento prefabricado que el ser humano se atreve a consumir en exclusiva en un periodo de meses, aunque sepamos que ningún cuerpo humano pueda permanecer saludable y prosperar con una dieta fija de comida prefabricada." (Thomas, Pat: "Suck on this! The shocking truth about the baby junk food industry", Revista Ecologist, abril 2006).
Como bien demuestra María Jesus Blázquez, la lactancia se integra en el movimiento ecofeminista no sólo porque en sí misma no necesita violentar los recursos naturales ni porque la alimentación "al pecho" es lo más natural y barato, sino porque la lactancia, junto al parto libre y respetado, contribuye a devolver el poder femenino a las mujeres y con ellas, a devolver el respeto a la Madre Tierra.

La lactancia materna es "el primer acto de soberanía alimentaria", en la lactancia materna es el bebé quien marca el ritmo, la cantidad y la calidad de lo que come. Quien inicia su vida en un entorno de alimentación natural, de respeto por sus ritmos vitales y sus necesidades básicas, de confort y calor humano, será en el futuro un ser más libre, más independiente, más fuerte, en armonía con el entorno, más respetuoso con la naturaleza que le vino dada a través de su madre.

Los hilos invisibles que unen la cultura del amamantamiento con sociedades menos violentas, menos explotadoras de sí mismas y del medio ambiente, son cada vez más evidentes. Son los hilos de la autoestima, de la generosidad, del amor por el prójimo y por uno mismo, de la paz.

  • La lactancia materna es una revolución de amor
Por todo esto, la lactancia materna larga y a demanda, unida al estilo de crianza natural que de ella emana, es, en total, una revolución de amor.

Del amor que el bebé recibe al permanecer en contacto con el cuerpo de su madre, que posibilitará que el vínculo afectivo entre ambos sea insustituible en el resto de las etapas de su vida; que le permitirá saltar a su debido momento de una sana relación con su madre a una sana relación con todos los demás seres humanos; que le permitirá confiar -desde su primer entorno, el entorno maternal- en que el mundo es un lugar bueno para él y para todos; que le permitirá recibir amor para luego poder a su vez darlo; que le permitirá conformar una autoestima saludable que le permita amar y respetar al prójimo, al resto de los seres vivos, a la naturaleza y al universo; que le permitirá conformar su sistema neurológico para la paz y el amor y no para la guerra, el estrés, la competencia y la pura supervivencia; que le permitirá sanar las sagas familiares de desamor y construir en su día su propia familia con bondad y generosidad; que le permitirá en fin, con certeza, saberse amado y poder amar.

manifiesto de la SMLM 2011


Este es el manifiesto que se leyó ayer en Valencia en la Fiesta de la Lactancia organizada por la asociación SINA. Nosotros, desde Creciendo Juntos lo suscribimos, apoyamos y lo hacemos nuestro también, gracias por vuestras palabras.
 

Manifiesto SEMANA MUNDIAL DE LA LACTANCIA MATERNA 2011.
“Lactancia materna: Hablemos de ello”

Desde las asociaciones Sina, Amamanta, La Liga de La Leche, La Safor al pit, RedvCanguro, Volem Crèixer, UNICEF y desde todo el movimiento social a favor de la lactancia materna, reconocemos:

• Que la lactancia materna es un Derecho de todas las familias.
• Que aumentar la duración de la lactancia materna tiene efectos positivos para toda la comunidad.
• Que el apoyo a las familias que eligen amamantar sus hijos e hijas pasa por una buena información, una buena atención sanitaria, el respeto social, medidas de conciliación familiar y laboral adecuadas y también por la implicación de todos sus miembros.

Tenemos en cuenta:

• Que la comunicación es un elemento esencial para proteger la lactancia materna y apoyar a las mujeres que lactan.
• Que hoy en día nos es posible comunicarnos a través de grandes o pequeñas distancias en apenas un instante.
• Que han surgido nuevos canales que permiten actualizar conocimientos y difundir información fiable y actualizada sobre lactancia materna.

Creemos necesario:

Trabajar en red más allá de nuestro tiempo y lugar, propiciando de este modo el debate y el diálogo a todos los niveles y en todos los ámbitos.

Y por lo tanto, pedimos:

• Que desde todos los ámbitos se difunda información fiable y actualizada sobre lactancia materna.
• Que las entidades, personas y organismos comprometidas con el apoyo a las madres lactantes dispongan de recursos para dar visibilidad a la situación de la lactancia hoy en día y atender a las madres.
• Que las familias puedan encontrar con facilidad recursos en su comunidad que les ofrezcan información y apoyo en su deseo de amamantar.
• Que se dé visibilidad y apoyo a las necesidades de las familias que amamantan.

¡¡¡Feliz Semana Mundial 2011!!! ¡¡¡Feliz Fiesta de la Lactancia!!!


Y os recordamos que nuestra Fiesta de la Lactancia en Zamora tendrá lugar el sábado 8 de octubre en la plaza de Castilla y León a partir de las 17:00h (si hiciera mal tiempo se celebrará en el Pabellón de Deportes de la Ciudad Deportiva).  Tendremos Juegos y Cuentos de Amor y Lactancia, contados por las narradoras Charo Jaular y Victoria Gullón.

¡¡¡¡¡estáis todos invitados!!!!!

lunes, 3 de octubre de 2011

y los premiados en el Concurso de Fotografía de Lactancia Materna 2011 son...

Ante todo muchísimas gracias a todos los que nos habéis enviado vuestras fotos!!!! Nos ha emocionado vuestra acogida y el calor y el amor que nos habéis regalado con cada imagen, cada una nos deja una historia de ternura y lactancia y nos anima a seguir abrazándonos a la teta!!!
Muchas gracias también a todos los patrocinadores, que este año volvieron a recibirnos con una sonrisa y un "¡por supuesto!" cuando les preguntamos si querían entregar algún premio para nuestro concurso, y nos han brindado su confianza sin reservas.
Y por supuesto también a las instituciones, la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León y al Ayuntamiento de Zamora que nos han tendido la mano para continuar en este camino de la "crianza con amor, con mucho amor...",  que han comprendido que somos algo más que las "locas de la teta", y nos han hecho un hueco en sus agendas para abrir lugares de diálogo y encuentro.
Y sin más demora, aquí van las fotos premiadas:

Pilar Cabreizo
1er Premio "Hotel Trefacio"

Erika Freire
Premio "Hotel AC"


Paula Mejide
Premio "Costuras no corazón"


Esther Cortés
Premio "Sancho II"


Minerva Gómez Benavides
Premio "La Casa del Agua"



Roberto González
Premio "Mimei"


Marta Mora
Premio "Toy Planet"



Daniel Sánchez Osorio
Premio "Miguel Núñez"


Aurora Garau
Premio "Hache"


 Adrián Alonso Alonso
Premio "Tiocha"


 Nathalie Contini
Premio "Anónima"


 Victoria Wells
Premio "Creciendo Juntos I"


 Toni Segui
Premio "Creciendo Juntos II"

Los premios consisten en los siguientes regalos:
  • Premio Hotel Trefacio: una estancia de fin de semana con desayuno en el Hotel Trefacio de Zamora
  • Premio Hotel AC: una cena romántica para dos personas en el restaurante del Hotel AC de Zamora para disfrutar antes del 31 de Diciembre de 2011
  • Premio Costuras no Corazón: un portabebé pouch bordado a mano y confeccionado a tu medida por Costuras no corazón
  • Premio Sancho II: una cena romántica para dos personas en el restaurante Sancho II de Zamora
  • Premio La Casa del Agua: un circuito de spa para dos personas en el balneario urbano La Casa del Agua de Zamora
  • Premio Mimei: un portabebé pouch elástico reversible de la marca Mimei
  • Premio Toy Planet: un lote de juguetes para niños de 0 a 3 años
  • Premio Librería Miguel Núnez: un lote de cuentos para niños a partir de 1 año seleccionados por la librería Miguel Núñez de Zamora
  • Premio Hache: un complemento de la tienda de moda para hombre Hache de Zamora
  • Premio Tiocha: un bono de 15% de descuento en todas las compras que se realicen en la tienda de moda para niños Tiocha de Zamora, hasta el 31 de diciembre del 2011
  • Premio Anónima: un complemeto de la tienda de moda para mujer Anónima de Zamora
  • Premio Creciendo Juntos I: dos camisetas de niño  "mamá es la leche" de la asociación Creciendo Juntos
  • Premio Creciendo Juntos II: una camiseta de niño y una mochila "mamá es la leche" de la asociación Creciendo Juntos
Todos los premios serán enviados por correo a los ganadores en el curso de la semana del 10 al 16 de Octubre del 2011. Si tenéis alguna pregunta poneos en contacto con nosotros en el correo: creciendojuntos@gmx.es o en el teléfono 619 016 497

¡¡¡¡¡¡Felicidades y muchas gracias a todos!!!!!!

domingo, 2 de octubre de 2011

emociones y maternidad



Artículo original de:
Lucía Arranz Rico

Psicóloga y Logopeda

Son muchos los cambios que se producen durante el embarazo, el parto y el posparto como para pasar por ellos indemne de toda emoción.

La etiqueta “depresión posparto” circula con soltura entre las bocas del pueblo. Sin embargo no en todas las mujeres es aplicable, y lo que ocurre en muchas de ellas es lo que suele ocurrir ante una situación nueva de semejante envergadura. Tener un hijo puede ser una alegría, pero produce en la mujer un cierto grado de estrés, al que hay que enfrentarse y afrontar con los recursos de que dispone cada cual.

Se produce una situación de estrés por varias razones:

La mujer durante 9 meses vivió un estado que, con el parto, cambia del día a la noche. Su cuerpo ha pasado de tener una tripa enorme a no tenerla. La tripa enorme tenía un significado evidente, dentro se estaba formando un niño. Los 9 meses para muchas mujeres son la dulce espera, e incluso aquéllas que no lo sienten así se encuentran igualmente con la ilusión que generan en las restantes mujeres (familiares y desconocidas que se encuentran en la calle se emocionan ante tanta tripa). Cuando se tiene el bebé desaparece no sólo la tripa, sino todo el refuerzo que acompañaba a ésta, todo el interés que despertaba en los demás. Por otro lado la tripa que le queda a la mujer después del parto es una tripa fofilla, que no era la suya y que ya carece de significado. Es más, las mujeres también ahora miran esta nueva tripa, pero esta vez para recordar a la mujer (que ya se encuentra en el estado de posparto) lo gorda que se ha quedado. Hablamos entonces del físico, de la estética, algo que siempre ha importado mucho a las mujeres.
Durante esos 9 meses ha llevado consigo a su hijo, algo que también cambia del día a la noche. Ya no es ella la que lo cuida en exclusiva, sino muchas otras personas, que puede que lo hagan de manera diferente a como ella lo haría. La madre, sometida a múltiples consejos que no pide y saturada además por la información recibida en cursos y libros que ha leído durante su embarazo, puede que cuando llegue el momento de actuar no sepa ni qué hacer por miedo a equivocarse. Además da igual lo que haga, siempre habrá alguien a su lado que opine algo, y la mujer puede que se sienta cuestionada como madre. La responsabilidad es muy grande, estamos ante una tarea difícil y comprometida en la que, además, hay mil opiniones sobre cómo se hacen las cosas.

La ausencia de conductas de apego (no llora ante la ausencia de la madre, no pide estar en brazos de su mamá, etc.) que al principio presenta el bebé recién nacido le recuerda a la madre que ella como tal es prescindible y que cualquier otra persona podría ocupar su lugar, a pesar de ser ella la que concibió a su hijo. El parto entonces, que tanto esfuerzo físico ha costado a la madre, también pierde valor, apareciendo tal vez sentimientos de vacío como muchas mujeres expresan con esas mismas palabras (“me siento vacía”).
Por otro lado, en algunas ocasiones puede que el posparto de la madre tenga sus complicaciones y ello conlleve que ésta no se pueda hacer cargo de su hijo desde el principio, lo que añade más dificultades emocionales (sentimientos de culpa, de impotencia, etc.).

Ahora se enfrenta con el hecho de ser madre y no sólo mujer. Su pareja se encuentra a su lado, pero ella en estos momentos se siente primero madre, y la pareja, al menos al principio de una forma más acusada, pasa a situarse en un segundo plano.

En relación con el punto anterior, la mujer empieza a valorar a su pareja no como hombre, sino como padre, y también aquí aparecen nuevas emociones que hay que aceptar. La pareja (el hombre en este caso) presenta comportamientos nuevos, que nunca había tenido antes, lógicamente claro, ya que no había tenido la oportunidad al no haber mocosillo alguno en casa. Estos comportamientos, cuanto menos, son nuevos, y la mujer se cuestiona si son los mejores o más adecuados. En definitiva, se pregunta si ha elegido la persona correcta como padre de su hijo. La madre puede que evalúe de una forma continua a su pareja para ver si cumple con su papel de padre, exigiéndole inconscientemente ciertas conductas que como hemos dicho son desconocidas para el hombre, que también está aprendiendo a ser padre y también necesita tiempo. Todo esto generará tensiones en la pareja.

No se puede pasar por alto el desgaste físico y mental que ha soportado la mujer, tanto en el embarazo como en el parto, y este último, sea como fuere, no deja de ser algo traumático. Esto derivará en un posparto donde la mujer se siente cansada y sin embargo tiene sobre ella una gran exigencia, que es cuidar a su hijo. Para ello se pasa las 24 horas observándolo. Además, hay muchas exigencias sociales sobre ella, especialmente recibir visitas, que llegan a resultar agotadoras hasta para la mujer más paciente, añadiendo el hecho de que entre medias tiene que dar el pecho, en ocasiones en situaciones que ella no ha elegido.
La pareja, desde que tiene un hijo, pierde la intimidad que tenía hasta ese momento. Su hogar, que podía ser su cobijo, se convierte en un hogar familiar, donde pueden entrar padres, suegros, cuñados, hermanos y tíos cuando quieran, porque al fin y al cabo pasan a ver a sus nietos, sobrinos, etc., y esto justifica cualquier cosa. Esta invasión atenta contra la estabilidad de la pareja que, en estos primeros momentos, necesita su tiempo para adaptarse a su nueva situación.

A partir del momento de la concepción del hijo aparece la idea de la finitud del ser humano. La mujer se plantea cuestiones existenciales que quizás hasta ese momento apenas le habían preocupado. Dar vida conlleva un cambio generacional. Un hijo aparece para recordarte que un día tú no estarás para verle siempre. Enfrentarnos con la idea de nuestra propia muerte nos asusta y angustia, pero muy especialmente cuando sabemos que dejamos alguien aquí que nos importa mucho.

Este es un artículo donde especialmente se habla de la mujer. El hombre también se las tiene que ver con sus emociones (por ejemplo: el sentirse desplazado, no sólo por su pareja, sino en la relación con su hijo, donde tiene que retirarse cuando la madre da el pecho al niño; el enfrentarse también con sus propios dilemas existenciales; la responsabilidad que siente como cabeza de familia, ya que a pesar de que los dos trabajen, el hombre sigue sintiendo en muchos casos que es a él al que corresponde proteger a la familia), y también sería para analizar en otro artículo. Sin embargo, a pesar de ello, no hay que olvidar que, aunque el hombre se enfrenta también con nuevas emociones que le desconciertan, no se encuentra tan cansado ni físicamente ni psicológicamente. Esto hace que tenga una ventaja sobre la mujer para poder adaptarse con menos ansiedad a la nueva situación. Él no ha pasado por 9 meses de pensar en exclusiva en la gestación de un hijo, no ha pasado por el trauma del parto y no ha tenido ningún posparto. Por esto, al hombre se le debe pedir mucha paciencia hacia la mujer, ni más ni menos que la que ella se merece después de tanto esfuerzo por traer un hijo de los dos.

La mujer debe también concederse tiempo a sí misma, no alarmarse por su estado de ánimo, no asustarse por la aparición de llanto o pensamientos negativos hacia su pareja, hacia su hijo, hacia su madre, etc. Debe considerar que todo entra dentro de la normalidad y se pasará en los primeros meses.

Durante casi un año han ocurrido muchas cosas, no es posible, por tanto, adaptarse a la nueva situación en un mes. La adaptación es paulatina, se tiene la vida por delante para ello. Así que lo mejor es aceptar lo que ocurra y vivir cada día con máxima intensidad, ya que el cambio que dará nuestro hijo del primer mes al segundo y sucesivos es irrepetible. Además, la mujer descubrirá que se irá adaptando y cambiando ante su nueva situación tan rápido como cambia su bebé.

Es importantísimo que la mujer se escuche a sí misma y trate de actuar en consecuencia. Utilizar el sentido común es lo mejor para ser madre, porque es la única manera de ser consecuente con uno mismo y a su vez la única para transmitir al hijo seguridad en nuestras acciones. ¿Equivocaciones? Todas, pero las nuestras, y como son nuestras tendremos que asumirlas y rectificar si así fuera necesario.

Un hijo es para toda la vida y por eso la mujer debe encontrar sus propios criterios a la hora de actuar, porque a lo largo del tiempo se encontrará con su hijo a solas y tendrá que tomar decisiones, no podrá llamar a la persona que le dio no sé qué consejo. No hay una única verdad sobre las cosas, por eso cada uno debe buscar la suya.

Con este boceto de artículo me gustaría ayudar a alguna madre perdida que ande por ahí creyendo que tiene depresión posparto y agarrándose a este término para explicarse lo mal que se siente sin tratar de analizar mejor todo lo que le ocurre. Merece la pena saber qué nos pasa, por qué nos pasa y para qué nos pasa.

Para terminar quiero transmitir positividad frente a lo que ocurre, ya que muy bien sabemos todos que cuando se supera una crisis se sale más fortalecido y maduro que cuando empezó dicha crisis. Esto se aplica de forma individual a la mujer como mujer y como madre, y también a la pareja, puesto que, aunque inicialmente se tambalea en algunos aspectos por el nuevo miembro de la familia que ha descolocado la armonía que había en la casa, posteriormente, el hecho de compartir un hijo, que es un proyecto deseado en común, se vive con mucha alegría e ilusión. La entrega diaria a este hijo se vive continuamente de forma conjunta, compartiendo muchos momentos, lo que favorece de una forma constante la generosidad de la pareja, el dar al otro. Todo esto es muy enriquecedor para la pareja.